El autor del artículo, Janet Sernack, defiende en InnovationExcellence que la gente se resiste a cambiar, aprender e innovar debido a su “inercia psicológica” que implica una nula disposición al cambiar porque el ser humano está programado para estar siempre atado a un statu-quo.
Esta inercia también supone la imposibilidad de que las personas, si son guiadas por sus hábitos, realizar un desempeño superior, mejor o más eficiente.
La investigación realizada por el autor concluyen que los juzgamientos y generalizaciones que la gente realiza en su mente se convierten en las principales barreras hacia el cambio, el aprendizaje como la innovación. Ambas cosas nos ciegan frente a las posibilidades y oportunidades disponibles impidiéndonos aprovechar los beneficios del cambio, el aprendizaje y la innovación tanto de forma individual como colectiva.
La principal problemática detrás de los juzgamientos está la universalidad. Asumir que toda persona tendrá la misma respuesta ante cualquier evento o realidad. Es decir, juzgar de forma igualitaria los valores de cualquier persona.
Dado que el juicio es universal, éste existe independientemente de su sujeto. La persona que juzga indica si algo es “bueno o malo” y no profundiza en la realidad, la objetividad y las opciones de cambio, aprendizaje como innovación.
Estoy de acuerdo pero añadiría otros factores como el “miedo” a lo desconocido y a perder “peso específico” en la organización al abrir y democratizar la innovación.
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